
Las impresoras 3D generan menos residuos que las técnicas de producción tradicionales, que se estima que desperdician un 90% del producto original.
La impresión en 3D aprovecha mejor la materia prima.
Este nuevo modo de fabricación podría llegar a considerarse como más ecológico.
Gracias a las impresoras 3D, el impacto ambiental del sistema de producción industrial a gran escala o la obsolescencia prematura de los aparatos, sea programada o no, podría reducirse.